The Fable of Diogenes

The Fable of Diogenes
Maravillosa obra de Castiglione Giovanni Benedetto




(Recopilación de fragmentos en torno a la filosofía cínica II)

C. Apotegmas y guiones de exposición (n. 16-20)


16. Hagamos ahora en segundo lugar la división de las obras aristotélicas. De ellas unas, por consiguiente, son las particulares, otras universales y otras las intermedias entre las universales y las particulares... Las universales son aquellas en las que se investiga sobre la naturaleza de las cosas, como son las Sobre el alma, Sobre la generación y la corrupción y Sobre el cielo... Entre las universales unas son las del tipo de Composiciones y otras las del de Guiones de exposición. Son llamadas del tipo de Guiones de exposición aquellas en las que se registra sólo lo principal. Pues debe saberse que antiguamente, cuando alguien se proponía ecsribir una obra, escribía de modo resumido lo que iba descubriendo sucesivamente unido hasta alcanzar la demostración del tema propuesto; tomaban muchos pensamientos de libros anteriores para ratificar lo que era correcto y refutar lo que no lo era y después ya redactaban las obras, agregándoles una organización y haciéndolas brillar con la belleza de las palabras y el ejercicio dle estilo. Y de ese modo las del tipo de Composiciones se diferenciaron de las de Guiones de exposición por su forma organizada y su belleza de expresión. Del tipo de las de los Guiones de exposición unas son uniformes, como cuando se hace la investigación sobre un solo tema, y otras diversas, cuando se hace sobre varios.

Amonio, A las Categorías de Aristóteles, p.4 Busse.



17. De las obras universales (de Aristóteles), unas son las de tipo de Guiones de exposición, que son las que el filósofo compuso para su propio recuerdo y como su mayor medio de verificación (de su pensamiento). Y de ellas unas son uniformes, porque aluden a un solo tema, y otras diversas, porque aluden a más.

Simplicio, A las Categorías de Aristóteles, p. 4 Kalbfleisch.



18. La mayor parte (de la producción) que dejó (Bión Boristenes) fueron sus Guiones de exposición (hipomnemata), pero también Apotegmas, que contienen una provechosa doctrina filosófica.

Diógenes Laercio, IV 47.



19. El segundo (libro de Selecciones diversas) de Sópato... contiene además los Apotegmas de Diógenes el Cínico.

Focio, Biblioteca 161.



20. Generalizando son dos las clases de burla, una descortés, descarada, ignominiosa y obscena, la otra elegante, urbana, ingeniosa y graciosa. Esta segunda es la clase de las que nos han transmitido no sólo nuestro Plauto y la comedia ática antigua, sino también libros de los filósofos socráticos y muchos dichos graciosos de muchos, como los que fueron recogidos por Catón el Viejo, que se llaman Apotegmas.

Cicerón, Sobre los deberes I, 29, 104.


__________________________________________________

D. Introducción al cinismo (n. 21-27)



21. «El camino hacia la virtud es esforzado y es preciso que los hombres sabios practiquen el cinismo.» Éste es una doctrina filosófica. Su definición es la de «El camino abreviado para la virtud». El objetivo del cinismo es «vivir de acuerdo con la virtud», como hicieron Diógenes y Zenón de Citio. Es de su agrado vivir con secillez, sirviéndose de los alimentos suficientes, despreciar la riqueza, la fama y la nobleza de nacimiento.

La Suda, s. v. cinismo.



22. Y que «el (el sabio) practicará el cinismo», porque «el cinismo es el camino abreviado hacia la virtud», como (dice) Apolodoro en su Ética.

Diógenes Laercio, VII 121.



23. ...como los cínicos dicen que han descubierto «el sendero a la vez esforzado y abreviado para la virtud».

Plutarco, Tratado de amor 6, p. 759 d.



24. Constan en el Sobre la riqu[eza] de M[etr]odoro expresiones tales en relación con el pasaje de la argumentación dirigida contra los que posiblemente digan que los cínicos han [opta]do por una orientación de vida [muc]ho más ligera y fácil de llevar, al [haber dicho] en circunloquio que todo les pertenece en la medida de lo posible. En cuanto que ello n[o] les procura un género de vida [ba]rato, que se [re]alice con tranqu[ilidad], de un modo particularmente imperturbable y [con la]s menores preocu[pasiones] y problemas.

Filodemo, Sobre la administración («Economía»), col. XII 25-38.



25. Es muy factible que el profesor que hable con rostro grave sea obedecido por los muchachos sin educar y que haya un camino muy fácil para la sabiduría, enseñado por los denominados cínicos. Pues también ellos dicen que «su preparación es el camino abreviado hacia la virtud». Algunos de ellos, sin embargo, rectificando eso, suelen afirmar que «la filosofía cínica es el camino no hacia la virtud, sino por la virtud hacia la felicidad».

Galeno, Sobre el diagnóstico y remedio del espíritu de cada pecador 3.



26. ... Esbozaremos, además, lo que es grato en común a ellos (los cínicos), pensando que esta filosofía es también una doctrina de escuela, no, como dicen algunos, una orientación de vida. Por consiguiente, es de su agrado rechazar las materias Lógica y Física, de modo similar a Aristón de Quíos, y prestar su atención únicamente a la Ética... Descartan también la Enseñanza cíclica... 104. Rechazan igualmente la Geometría y la Música y todas las disciplinas semejantes... Mientras que es de su agrado que «el objetivo es vivir conforme a la virtud»... al igual que los estoicos, puesto que hay una cierta comunidad de doctrina entre ellos dos. Por ello también éstos han dicho que «el cinismo es el camino abreviado para la virtud» y Zenón de Citio vivió también de ese modo. 105. Es de su agrado, además, vivir sencillamente, utilizando los alimentos que sean suficientes y burdos mantos tan sólo, en tanto que desprecian la riqueza, la fama y la nobleza de nacimiento. Algunos, por ejemplo, toman absolutamente sólo vegetales y agua fresca y como lugares de cobijo los que se topen, incluidos toneles, como Diógenes, que solía decir: «Es propio de los dioses no necesitar nada y de los semejantes a los dioses requerir poco». Es también de su agrado que «la virtud es enseñable... y que se posee inalienablemente». Que «el sabio es digno de amor, intachable y amigo de sus iguales» y que «no confía nada al azar». Y al igual que Aristón de Quíos dicen que «lo intermedio entre la virtud y el vicio es indiferente».

Diógenes Laercio, VI 103-105.



27. Pues, evidentemente, si todo lo que le parece un bien a cualquiera fuera absolutamente un bien, puesto que el placer le parece un bien a Epícuro, pero un mal a cualquier cínico y algo indiferente a un estoico, el placer sería simultáneamente un bien, un mal y algo indiferente. Pero resulta imposible por naturaleza que la misma cosa sea cosas opuestas. Luego no todo lo que le parezca a alguien un bien o un mal debe afirmarse que e sun bien o un mal.

Sexto Empírico, Contra los profesores III 74.




Proximamente se dará inicio a la exposición de los fragmentos relacionados con el cínico Antístenes.

No hay comentarios.: